CASABLANCA

Llevo dos días intentando encontrar una única palabra para definir esta ciudad y es imposible. Su aspecto es entre decadente y dejado. Según cruzas sus calles te rodean modernos rascacielos y lujosas villas. De repente das la vuelta a la esquina y te topas con edificios en ruinas cuyo aspecto parece recién salido de un bombardeo. 

El Gobierno está intentando eliminar las aglomeraciones de chabolas repartidas por la ciudad que le confieren un aspecto poco deseable y menos todavía apto para el turismo. La arquitectura de la ciudad abarca diferentes estilos, desde el Neo-morisco al Art-Decó, con edificios preciosos como el de la foto de abajo que si le pegasen un buen lavado de cara son autenticas joyas arquitectónicas. 








La guía de la Mezquita Hassan II reconoció que Casablanca no es una ciudad turística, que apenas hay pocas atracciones que pueden despertar el interés del turista. La misma Mezquita fue construida con la intención de atraer al turismo, fuente de ingresos para cualquier lugar que quiera diversificar su economía.






La visita a la Mezquita por tanto es imprescindible. Como para todo lugar de culto, no está permitido acceder en pantalón corto ni en tirantes. Así que procura llevar en el bolso un par de foulards para taparte, no ocupan espacio y al terminar la visita te los puedes quitar. De todas formas, en casos extremos las mujeres que trabajan en la Mezquita te ofrecen foulards a cambio de la voluntad. La entrada a la Mezquita cuesta 130DH y por 10DH más la puedes completar con la visita al Museo. La visita es guiada y sujeta a horarios de entrada ya que en las horas de rezo no está permitido entrar excepto a los fieles para rezar. A la entrada a la sala del rezo deberás quitarte los zapatos hasta terminar la visita. 




La Mezquita se encuentra justo enfrente al océano Atlantico, encima de una isla artificial de 9 hectareas construida sobre el mar, lugar donde según el Corán se encuentra el trono de Alá. Su extensión es inmensa, en el interior puede albergar hasta 25.000 fieles en la sala central y 80.000 en la explanada exterior. Construida con materiales nobles como madera de cedro del Medio Atlas, granito de Tafraoute, mármoles de Agadir y Carrara, lamparas procedentes de Murano, es obra de miles de artesanos marroquies. El techo se abre automáticamente de vez en cuando para cambiar el aire del interior, la puerta central por la cual únicamente entra el Rey también se abre de forma automática dada su envergadura. Los palcos superiores están reservados a las mujeres. En la planta inferior se encuentra el hammam (baños turcos) y la sala de ablución con 41 fuentes, donde hombres y mujeres por separado se lavan antes del rezo. Otro dato, se ha instalado un sistema de calefacción radiante por el suelo para que los fieles no pasen frío al arrodillarse en los meses de invierno. 




Otro lugar de visita es el Rick's Café un establecimiento abierto en 2004 dedicado a Casablanca, movie americana que contrariamente a lo que se cree se rodó enteramente en estudios y no en Marruecos. Con un reparto de lujo, Ingrind Bergman y Humphrey Bogart, la película obtuvo varios premios Oscar. El decorado del Rick's Café, reconstruido en un palacete situado a espaldas de la vieja Medina de Casablanca, recrea el escenario del bar de Rick en la película.





La estructura y decorado del Rick's Café fue dirigido por  un arquitecto americano que quiso incluir múltiples detalles que recordasen la decoración del café de la película, como las arcadas, la barra entallada, las barandillas, las lamparas con cortinas metálicas colocadas en cada mesa. El piano del bar es de los años '30 y ofrece música en directo. Puedes simplemente tomar algo de beber o disfrutar de su gastronomía principalmente a base de marisco. Te aviso que la cuenta no es precisamente barata. Está claro que la fama se paga.






Desde luego Casablanca no me ha fascinado, como todas las grandes ciudades esperaba que tuviera zonas más cuidadas y otras menos pero no todo tan mezclado. Sin contar las obras de ampliación de la red de transporte público, tan necesarias como incomodas. El tráfico es realmente caótico y seguramente responsable de la capa grisácea que presentan muchos edificios. 

Para movernos por la ciudad hemos tirado mucho de taxi y en una ocasión subimos al tranvía. Por cierto, muy limpio, moderno y controlado por cámaras o sea que no te puedes montar sin picar el ticket. Los taxis son baratos pero tienen el inconveniente de no ser regulados por una tarifa fija y oficial, sino que cada vez tienes que negociar el precio del trayecto y en más de una ocasión a los turistas se nos pide más que a un local. Y si te descuidas el taxista podría parar que se suban más personas y compartir asiento y trayecto. 

Lo que no me ha defraudado ha sido la gastronomía, pero de eso te hablo en otro post.

Listen: As Time Goes, from the movie Casablanca.


BUONA DOMENICA.

Besines XXX.

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