RABAT

Después de la decepcionante visita a Casablanca, llegamos a la moderna y refinada Rabat, capital politico-administrativa de Marruecos, además de ser la cuarta ciudad imperial. De Casablanca a Rabat viajamos en un rápido y cómodo tren. Me sorprendió su puntualidad, las modernas instalaciones de las estaciones y la comodidad de sus vagones, y sobretodo el silencio que reinaba durante el viaje, en contraste con el bullicio habitual de las calles y zocos marroquíes.



El tren deja en la céntrica estación Mohamed V. Puedes alojarte en uno de los tantos hoteles de lujo o en un RiadEsta última opción es la que más me gusta por su exquisita decoración, el trato personalizado, la tranquilidad que se respira entre sus paredes alisadas con estuco -técnica decorativa que imita el aspecto de la piedra o el mármol-.

Lo más rápido para llegar al Riad es un taxi aunque es un poco extenuante estar negociando el precio de la carrera cada vez que te montas en uno de ellos. Durante el trayecto en coche te haces una idea de la ciudad aunque no te esperas encontrar dos realidades tan distintas en una misma ciudad. Rabat se encuentra en la costa atlántica de Marruecos en la desembocadura del río Bu Regreg que la divide en dos, Salé y Rabat, exactamente pasado y futuro. 




Nos alojamos en el Riad Amaris situado en pleno centro de la Medina. Está todo muy cerca y se puede llegar andando a las principales atracciones de la ciudad. Alojarse en un Riad es como perderse en un mundo lejano, de otros tiempos. Hay que destacar ante todo la amabilidad del personal que desde entrar por la puerta te recibe con una sonrisa y ofrece un té moruno mientras esperas acceder a la habitación. La decoración de estos alojamientos es lo más sorprendente, cuidada hasta el último detalle.







A pesar de no ser un destino precisamente turístico, Rabat ofrece muchos lugares de interés para visitar. La Torre de Hassan es uno de los tres grandes minaretes construido por los almohades (dinastía bereber marroquí que ocupó el norte de África y el sur de la península ibérica entre 1147 y 1269), los otros dos son la Koutobia de Marrakech y la Giralda de Sevilla. La obra está sin terminar debido a la muerte prematura del sultán Yacub Al-Mansur que quiso construir la mezquita más grande del mundo, y lo poco que se llegó a construir se vio dañado por el terremoto de Lisboa. 



Al lado de la Torre está el mausoleo de Mohamed V realizado en mármol blanco de Carrara. El mausoleo se compone de una mezquita y una Kubba, la tumba donde descansan los restos de los monarcas alauis Mohamed V y Hassan II, abuelo y padre del actual rey Mohamed VI. 





Toda esta zona está rodeada de jardines muy cuidados, que ofrecen sombra para descansar del torrido sol africano, y de casas de lujo, muy distintas a las que está uno acostumbrado a ver en el resto de ciudades marroquíes. Se palpa el poder adquisitivo de la población de Rabat tan solo con ver el crecimiento urbanístico de la ciudad que procura ser respetuoso con el medio ambiente con sus 230 hectáreas de espacios verdes. 




No me gusta escribir entradas muy largas, soy lectora de otros blogs y creo que es uno de los fallos por lo que el publico abandona la lectura del mismo, acostumbrado a la inmediatez de otras RR.SS.

Así que habrá una segunda entrega sobre Rabat, ciudad que ha conseguido que quiera volver para conocerla más a fondo. 

Te espero.


Listen: Kiss me like you miss me, performed by CKay.



Besines XXX.

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